Estamos viviendo un cambio de ciclo en el mundo nupcial y es una gran noticia. Las bodas están cambiando a un ritmo vertiginoso y es maravilloso. Antes un enlace se celebraba por tradición o un poquito por obligación. Ahora en cambio, nada de eso tiene importancia y las parejas se casan para celebrar su amor con la gente que realmente quieren.
Los novios ven el día de la boda como un día lleno de fiesta, de sonrisas, de abrazos, de música y de gente a la que realmente quieren. Se evitan incómodos compromisos familiares y de este modo, se consigue un ambiente distendido y relajado donde los protagonistas huyen de actitudes forzadas o encorsetadas.
A parte de la lista de invitados, el tipo de ceremonia con el que la pareja se casa también ha cambiado, antes la mayoría de las parejas se casaban por la iglesia ahora hay infinidad de ceremonias preciosas que se pueden llevar a cabo (dedicaremos un post completo para contaros todos los estilos diferentes de ceremonias que existen) Además, todos los textos se personalizan para conseguir ceremonias mucho más emotivas, que reflejen el espíritu de la pareja.
Cómo se celebra el gran día ha cambiado también por completo. Era habitual acudir a bodas que se celebraban en grandes salones decorados con mucho ornamento y colores pastel. Hoy en día ¡Los novios deciden! Hay parejas que deciden casarse en un bonito y cuidado jardín y hay otras parejas urbanitas que deciden celebrar su amor en una maravillosa azotea con toda la ciudad bajo sus pies. ¡Las opciones son increíbles! Por eso, acudir a una boda es una sorpresa ya que ninguna es igual a la anterior. Lo que hay que hacer es relajarse y disfrutar de todos los momentos increíbles que se han diseñado y pensado para ese gran día.
En definitiva, ¡Nos encantan estos nuevos compromisos!